Más de quince años sembrando Luz y Esperanza por toda Colombia
No veía salida, no entendía qué camino coger, volver a empezar era una barrera gigantesca.
Cuando comprendí que si era posible iniciar la construcción de un nuevo proyecto de vida, empecé a mirar oportunidades, desde mi condición de pensionado del Ejército Nacional, como consecuencia de la discapacidad que me situó en una silla de ruedas resultado de una lesión medular ocasionada por un disparo en labores del servicio. «No sabia qué hacer pues es muy difícil encontrar empleo cuando uno vive discapacidad.
Es la historia de Alexander, beneficiario de los programas de la Fundación Luz y Esperanza desde hace más de cuatro años.
No sabia cómo responder al compromiso de ser padre de familia y esposo, mis ingresos sólo provenían de la pensión que me otorgaba la fuerza a la que pertenecía pero no era suficiente, estaba confundido, mi vida había cambiado radicalmente relata.
Pude encontrar el camino de la mano de la Fundación Luz y Esperanza, gracias a la información de un amigo quién me indicó cómo llegar hasta acá. Visité la oficina, dialogué con varios gestores y personas con discapacidad que trabajan en el programa social y me ofrecieron una oportunidad para vincularme como emprendedor.»
– Agrega mientras acomoda los frenos de su silla de ruedas para continuar su relato- «Hoy después de varios años he podido construir confianza en mis capacidades y en el trabajo colectivo. Esto me hace crecer como persona y me brinda resultados económicos. Recorro el país transmitiendo el testimonio de mi historia para que más personas se involucren y crezca la
cadena de responsabilidad inclusiva que abre oportunidades para más personas situaciones de la vida diaria que tienen como protagonistas reales a personas en condición de discapacidad como Alexander, dan cuenta de los resultados tangibles de un programa social traducido en iniciativas y servicios ofrecidos por la Fundación Luz y Esperanza durante su primer lustro de existencia.
Cinco años tiene de formada la organización que trabaja por consolidar su credibilidad en la gestión del capital humano constituido por miembros de la fuerza pública que han llegado a la condición de discapacidad por cuenta dela violencia.
La Fundación canaliza toda la gestión social promovida desde los servicios que presta hace más de quince años la Cooperativa Funcional Luz yEsperanza en Colombia.
Seriedad, compromiso y cumplimiento, forman el sello de una marca social que constituye el buen nombre y la imagen de la Fundación Luz y Esperanza, en todo el territorio colombiano. «En este tiempo recorrido, hemos conseguido aportar a la construcción de proyectos productivos e iniciativas de muchas personas y organizaciones en todo el territorio nacional», sostiene el director de la Fundación,
Jairo Antonio Soler Niño.